16/2/11

I'm Still Here

Hoy he visto I’m Still Here, una de fiestas, drogas, hip-hop y barbas.
Cartel con barbas
Gamberrada dirigida por Casey Affleck, el hermano buen actor de Ben, en la que nos cuenta los últimos dos años en la vida de su cuñado Joaquin Phoenix.
Rodada a modo de documental, vemos como Joaquin se replantea su carrera y al empezar la gira de promoción de su última película, Two Lovers, decide dejar de actuar. Esto causó una gran conmoción, sobre todo en la industria americana. Decenas de productores y representantes se pusieron en contacto con él para ofrecerle proyectos. En la peli, podemos ver incluso una escena en la que Ben Stiller irrumpe en su casa y le ruega que acepte un papel, pero Joaquin parece que ha perdido el norte. Con un el pelo churretoso y una barba que envidiaría el propio Galifianakis, comienza su carrera en el mundo del Hip-Hop. Bueno o eso parece pretender. Sus letras manidas y llenas de tópicos son escuchadas por productores como Puff Diddy el cual queda estupefacto ante la mierda que está oyendo. Phoenix parece entrar en una montaña rusa de estados donde cada día se encuentra en un nuevo punto máximo. Consigue algunos bolos pero su falta de tablas y seguridad hacen que todos terminen de manera desastrosa. En la última entrevista que concede para televisión, David Letterman se mofa de su aspecto y Phoenix vuelve abatido a casa. Todos se ríen de él, nadie le toma en serio. Muchos cómicos ya le imitan poniéndose barbas postizas y haciendo el tonto en diferentes programas. No puede más. Nadie le toma enserio. Va a ver a su padre, se toma unas cervezas y se mete en un rio en un precioso plano de unos tres minutos. Y fin.
Liándola parda
Cuando ves la película, si no sabes de qué va el royo, te crees que son los últimos días de una estrella. Que ese fue el fin del pobre Joaquin. Y eso es lo que todos creían, pero no. Todo es mentira, la película entera es falsa y la imagen que Phoenix ha dado todo este tiempo era un juego entre él, Casey Affleck y tres o cuatro colegas más. Todos los que le vieron ir muriendo, los que se rieron de sus pintas y su adicción y los que dijeron que todo era una pose para lanzar su carrera de rapero están ahora retratados en esa película mientras Joaquin Phoenix se afeita en su casa tranquilamente. Todo era tan falso, que ni siquiera sale con su padre al final, es el padre de Ben y Casey Affleck.

Sobre su interpretación solo puedo decir que es convincente, más que nada porque durante dos años todo el mundo se la creyó. Aun sabiendo la condición de falso documental, algunas escenas son difíciles de asimilar dado el realismo del estilo a la hora de grabar.

A mi parecer, le falta un poco más de chicha. Vale que engañar a todo el mundo unos meses está guay pero, aparte de las escenas de programas y de conciertos, no hay mucha tensión con el público. De hecho la mayor parte de la película consiste en escenas privadas en su casa donde el guión insiste constantemente en estar contando un documental real sobre su vida. Como experimento está muy bien pero el resultado es algo difícil de asimilar si no eres un tanto retorcido. Por eso a mí si me ha gustado.
Y con estas pìntas dos años riéndose de todos
Aquí tenéis el tráiler. Vedla si os gustó Borat pero veis cine de Lars von Trier. Como curiosidad, aquí pongo el enlace del regreso de Phoenix al programa de Letterman tras el estreno de la peli, no tiene desperdicio. Un 8'0.

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